‘Sephora Kids’, la tendencia de TikTok que impulsa a las niñas al consumo de belleza
Dos niñas, de alrededor de 10-12 años, están en Disneyland, el sueño de cualquier niño en el mundo. Pero no están en las atracciones divirtiéndose o haciendo fila para tomarse foto con su personaje favorito del universo de Mickey Mouse. En cambio, ambas están en la tienda de Sephora dentro del parque de diversiones. Recorren los pasillos del almacén, prueban las cremas en el dorso de sus manos, testean los perfumes que mejor huelen, buscan labiales de colores llamativos y terminan su estadía saliendo con una bolsa con sus compras.
La escena es tan real como alucinante y se trata de un video de una mamá que cuenta cómo “consintió” a su hija y sobrina llevándolas a Sephora, “donde ocurre la verdadera magia”, según dice, como si se tratara de la mejor aventura, por encima de la experiencia que ofrece Disneyland en sus parques.
El video no es fortuito ni responde a preferencias exclusivas de esa madre, que les compró a ambas humectante para los labios y protector solar. En las tiendas especializadas de cuidado de la piel y maquillaje se están viendo por montones a niñas menores de 15 años buscando productos para hacer rutinas de skincare y tutoriales de maquillaje.
Es una tendencia que se conoce como Sephora Kids, una de las tiendas en las que la afluencia infantil ha crecido sin precedentes. En videos de TikTok, usuarios comparten publicaciones en las que Sephora y otros almacenes se ven inundados de niñas buscando cremas hidratantes, serum, cremas para los ojos, incluso cremas antiedad.
El fenómeno no solo son las pequeñas que compran cosméticos, también abarca las cuentas en TikTok e Instagram de niñas (en su gran mayoría, pero también hay niños) que enseñan y muestran su rutina de cuidado de la piel y maquillaje para ir al colegio o salir con sus padres el fin de semana a un centro comercial.
Los videos llegan a los cientos de miles y millones de vistas con las etiquetas de Sephora Kids, Sephora, GRWM (get ready with me, en español es ‘alístate conmigo’ o ‘acompáñame a arreglarme’), skincare routine, entre otros. La mayoría comienza con la limpieza de la cara con un agua micelar, sigue con preparación de la piel con agua de rosas, crema humectante, bloqueador y serum, y continúa con el primer para darle la misma tonalidad a toda la piel y hacer que el maquillaje dure más, el corrector para las ojeras e imperfecciones, el blush, broncer e iluminador para darle glow (en la jerga de TikTok) a los pómulos y termina con pestañina y labial.
Esta puede parecer una rutina de cuidado de la piel y maquillaje sencilla que cualquiera, incluso una niña, podría aplicarse, pero los profesionales de la dermatología no están muy de acuerdo en ello y, por su parte, empiezan a llamar por un nombre médico a esta tendencia de las redes sociales: la cosmeticorexia.
¿Qué es?
“La cosmeticorexia es un término que ha comenzado a utilizarse recientemente para referirnos a un uso excesivo y obsesivo de cosméticos, maquillaje y productos de uso y aseo personal”, explica el doctor Alejandro Lobato, del Servicio de Dermatología del Hospital del Mar de Barcelona.
Este es un término que no está definido por la comunidad científica y tampoco su empleo es exclusivo para referirse a la población de niñas menores de 15 años preocupadas y obsesionadas por cuidar de su piel e imagen. Su uso, por el contrario, ayuda a entender una tendencia que preocupa y está generando unos patrones de comportamiento. Sin embargo, hay quienes consideran que emplear esta palabra termina por medicalizar una situación más compleja que el consumo problemático de productos cosméticos por parte de menores de 15 años.
Aunque no hay investigaciones al respecto, para Lobato no es un asunto menor porque sí existen estudios que relacionan en jóvenes y niños el tiempo de consumo en pantallas y el desarrollo de algunos problemas, como la obesidad, dificultades en la adquisición del lenguaje, hiperactividad, alteraciones del sueño, conducta alimentaria, entre otros.
A nivel dermatológico, lo que más le preocupa a este médico es el uso de productos que no necesita una piel en desarrollo. “Y pueden agravar una condición dermatológica preexistente, que no ha sido tratada como el acné, la rosácea, la dermatitis seborreica o la dermatitis periorificial”, agrega Lobato.
El acné, sin un tratamiento adecuado y acompañado, puede dejar cicatrices permanentes en el rostro. “En otros casos, como pacientes con dermatitis atópica, el uso de algunos de estos productos que contienen sustancias potencialmente sensibilizantes, como conservantes o fragancias, pueden producir dermatitis de contacto alérgicas o irritativas”, dice el médico catalán. A los posibles efectos, la dermatóloga Ana Lucía Molina le suma los cambios en la textura de la piel.
Tanto Lobato como Molina han identificado estos productos como los más usados o más deseados por usar: polvos, contornos, iluminadores, gloss, serums, mascarillas, cremas de cuidado fácil para el acné, las arrugas, contornos de ojos, protectores solares, exfoliantes y jabones.
También ambos coinciden en el incremento de las consultas de menores de 15 años que quieren implementar o ya están implementando una rutina de cuidado de la piel y maquillaje. “Aún el número de consultas por este motivo no es muy alto, pero sí parece que está aumentando y es una sensación generalizada entre los compañeros de la profesión”, dice Lobato.
La doctora Molina secunda esa percepción de su colega: “Antes no tenía consultas por estos motivos y ahora puedo estar atendiendo a cinco niñas desde los 9 años semanalmente por esto. Muchas veces cuando vienen a consulta ya tienen una rutina establecida, con unos productos específicos. Y, desafortunadamente, muchos consultan ya con afecciones en la piel”.
Los cuidados que requiere una piel en desarrollo antes de la pubertad son la limpieza y el protector solar. Las cremas hidratantes se formulan en caso de piel seca o algún tratamiento específico para el acné. Siempre es mejor consultar al médico antes de permitirles o comprarles productos de moda para las rutinas de skincare a los hijos.
Las capas
La profesora de la Facultad en Psicología de la Universidad Javeriana Carolina Morales Arias cree que nombrar la tendencia de Sephora Kids como un problema médico con el término cosmeticorexia limita las diferentes reflexiones que este tema nos debería de generar como sociedad y termina por medicalizar a las niñas que tienen un consumo problemático y exacerbado de productos cosméticos.
Este asunto, dice Morales, toca diferentes temas, como los modelos de belleza y el afán, en edades cada vez más tempranas, por cumplirlos; el consumo de productos cosméticos que empieza a darse desde más pequeñas; y, por último, el consumo de las redes sociales. “Las niñas se vuelven generadoras de contenido bajo la idea de que están participando en una discusión social al tiempo que se están cuidando, porque está la premisa de que hay que cuidarnos y, como hay que cuidarnos, hay que consumir”, explica la psicóloga.
Más que un término que englobe lo que está pasando, la invitación de Morales es a hablar sobre lo que es el cuidado, y si este pasa por la extrema preocupación y obsesión por cumplir con unos modelos establecidos.
“Cuidarse aporta a la valoración de nosotros mismos, pero el autocuidado de nuestra piel se debe hacer acorde con nuestra edad y las necesidades de nuestro cuerpo. Y ahí entran los profesionales de la medicina, no las recomendaciones de TikTok”, comenta Ayadith Álvarez, psicóloga especialista en problemas de la infancia y la adolescencia.
Autopercepción
Como es un fenómeno del que apenas se comenzó a hablar seriamente, es muy temprano aseverar que genera algún tipo de trastorno. En todo caso, a nivel psicológico, consideran que es un tema que no hay que dejar pasar de largo y considerarlo como un juego más de los niños.
“Imitar a los adultos es algo que niños y niñas hacen para buscar referentes y modelos por seguir. El que las niñas vean a las mujeres adultas y las imiten no está mal. Es una práctica con la que construyen identidad. El problema es cuando se convierte en algo de consumo y excesiva preocupación. Haciendo que la construcción de identidad sea rígida, porque ahí ya no están buscando diferentes formas de ser adultas, sino la única forma de ser la adulta perfecta”, comenta Morales.
Identificar cuándo un niño juega es fácil, porque termina el juego y el niño vuelve a su rol de niño. “Cuando las niñas juegan a maquillarse, ellas acaban quitándose el maquillaje. Pero con Sephora Kids veo a niñas que viven y aprovechan el maquillaje para su día a día. Se arreglan para salir a comer con sus papás”, agrega Ayadith Álvarez.
Las edades en las que se observa participación en esta tendencia son entre los 9 y los 12 años, momentos en los que se transita un cambio en el cuerpo y se están realizando procesos de identidad, de relación con la imagen y la autopercepción.
“Cuando aparecen estos fenómenos, esas relaciones que se están estableciendo con el cuerpo y la imagen sí pueden verse afectadas. Si de por sí la relación con el cuerpo es difícil, cuando le sumamos el ideal de perfección y belleza que buscan estas tendencias le sumamos una capa de complejidad. Y pueden derivar en que la relación que se está estableciendo no sea sana”, explica Álvarez.
Lo que están viviendo las niñas ahora es lo que experimentan continuamente las mujeres con los cánones de belleza y lo que es esperable y deseable de ellas: que siempre se vean bien y bonitas. Las redes sociales lo que han hecho es acelerar ese encuentro de las pequeñas con los estereotipos e imponer nuevos referentes. “Al no verme como quisiera verme pueden aparecer frustraciones que, llevadas al largo plazo, podrían desencadenar alteraciones de la percepción del propio cuerpo”, agrega Álvarez.
Desde Red Papaz sostienen que esto puede exacerbarse en poblaciones de niños que no coinciden con los ideales de belleza, como los afros e indígenas. “Porque no se sienten representados en esas imágenes y les puede generar choques”, comenta Alejandro Castañeda, jefe del Centro de Internet Viguías de Red PaPaz.
“Los Sephora Kids están asociadon a que nuestros cuerpos siempre nos parezcan imperfectos. Y eso, por supuesto, trae afectaciones en una autoestima que debe ser generosa, problemas con la aceptación de la corporalidad, alimentación, socialización”, agrega Carolina Morales.
Redes y niños
En muchos de los videos que se observan en TikTok no hay adultos acompañando a las menores. Aunque el internet brinda una serie de posibilidades de aprendizaje y entretenimiento, al tiempo es un espacio que puede ser hostil, especialmente con quien no tiene la madurez para encararlo. Desde Red Papaz han procurado guiar a los padres sobre cómo abordar los estereotipos de género y modelos de belleza con los hijos y han hecho alertas sobre los riesgos que hay en la exposición en redes.
“Puede haber comentarios negativos, acoso, sexualización o manipulación de las imágenes publicadas, incluso temas más grandes como explotación sexual”, alerta Castañeda, que también recomienda a los padres hablar con los hijos sobre la huella digital y la falta de control que se tiene sobre publicaciones ya hechas. “Cuando publicamos algo en redes perdemos el control por más de que hayamos eliminado la publicación. Alguien, antes de eso, pudo haber sacado una copia”, comenta.
Si como padre va a permitir la publicación en redes de sus hijos, es importante hablar y mencionar estos riesgos, y a la vez acompañar los tiempos y las interacciones. Las redes y el internet no son el problema. “Los padres entregan a los niños lo que tienen en el ambiente, no hay que satanizar las pantallas. Negar las redes en un mundo global es imposible. Hay que acompañar el consumo de esas redes y reflexionar lo que se ve a través de estas”, puntualiza Carolina Morales.
Desde TikTok promueven que los padres les ayuden a sus hijos a abrir y configurar su cuenta, en este paso pueden controlar las configuraciones de privacidad y cerciorarse de poner la edad verdadera, pues la red de forma predeterminada cierra los perfiles de usuarios entre los 13 y los 15 años.
También abogan por supervisar las amistades en línea y a quién se acepta como amigo, darles la confianza para que denuncien cualquier comportamiento inapropiado o enseñarles cómo hacer los reportes. Carolina Morales también recomienda explicar sobre cómo funciona el algoritmo y que lo que vemos en redes es una realidad parcial.
Aunque las redes también tienen responsabilidad sobre los riesgos que experimentan los niños, como bien lo manifestó Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, en una audiencia del Senado de EE. UU. por los perjuicios ocasionados a los menores de edad, la responsabilidad en el cuidado y la protección de los niños es de todos. La conversación empieza en casa, hablando de los estereotipos de belleza, el consumo de productos estéticos, la participación en redes y el autocuidado.
文章来源:EI Tiempo 时代报
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